En las palabras de Gisela Morade,
lo doméstico se vuelve universal,
la felicidad es un limonero en el
patio, el amor es simple, apenas
una cuestión de coraje. Y el amor
propio… el único mandato al
que debemos hacer caso. Los
relatos reunidos en De nudos,
vientos y otros pájaros hurgan
entre los más enormes dolores del
alma para sorprendernos con un
hallazgo personal: la fortaleza, la
determinada voluntad de vivir y
amar sin moldes.